viernes, 31 de enero de 2014

Downunder

Sí, por fín puedo decir que estoy boca abajo. Aunque lo mismo sois todos vosotros los que estáis boca abajo y toda la vida sin saberlo. ahí lo dejo.
Solo hace 48h que llegué y me parece increíble, tanto input de cosas nuevas hace que el tiempo se dilate hasta el infinito. Os cuento un poco por partes cómo ha ido todo hasta ahora.

El viaje
bueno...para ser mi primer viaje de tantísimas horas, lo llevé bastante bien, la verdad. Hice caso a mis amigas sabias y me pimplé una copa de vino blanco en cuanto el avión arrancó, y eso facilitó bastante el asunto. Respecto a la linea aérea (Singapore airlines) tengo que decir que las azafatas, además de divinísimas todas (mi referencia de azafatas eran las de ryanair...con eso lo digo todo), eran super amables y no paraban de ofrecerte cosas. Yo, cuando me ofrecieron la toalla húmeda en agua hirviendo nada más entrar al avión, me quedé un poco parada porque no sabía qué tenía que hacer con ella, pero como domino el arte de la imitación, hice lo que hacía todo el mundo (95% de los pasajeros eran asiáticos y parecían saber de qué iba el tema): pasármela por las manos y el cuello. había quién se la pasaba por la cara. pero eso me pareció un poco too much: a ver, que venía de mi casa...tan sucia no estaba! en fin, el misterio de la toalla ser resolvió rápidamente, en cuanto empezaron a servir la cena. Sí, la cena. a las 11 de la mañana. Yo al principio pensaba que había entendido mal cuando me dijeron que qué prefería para cenar (había dos opciones y no entendí en que consistía ninguna de ellas,contesté "chicken!", que fue lo único que pillé al vuelo), pero la cosa se fue confirmando cuando apagaron las luces e iban pasando las horas y horas y horas (y horas. 10 para ser exactos) y no nos daban nada más de comer. estaba a punto de morir de inanición cuando me dieron una toallita de nuevo (bendita toallita, anunciadora de comida) y acto seguido llegó el desayuno. A las 9 de la noche para mi cuerpo y 3 de la mañana para singapur. lo mires como lo mires no tiene sentido. no jodamos.
Al llegar al aeropuerto de singapur coincidí con todos los catalanes del avión, que nos juntamos para pasar la noche de escala acompañados, y reconfirmaron que lo que nos acabábamos de tomar era el desayuno. Dos horas en uno de los aeropuertos (dicen) más alucinantes del mundo, que a las 3 de la mañana debe de perder todo su encanto con los establecimientos cerrados, porque a mí me pareció una T4 más horterilla. Y vuelta al avión. Y vuelta a desayunar! esta vez a las 7 de la mañana para singapur. la cosa empezaba a tener sentido. El segundo avión era un poco más chungo que el primero, y los pasajeros eran hindúes en un 99,9%. tuve la inmensa suerte de tener al lado a una familia con un niño chillón al que no tiré por la ventanilla por aquello de la descompresión. maravilloso. en serio, un asco. no quería dormir para minimizar el jet lag, pero estaba muerta y se me caían los ojos, la cabeza y hasta la baba. incomodidad máxima. En fin, 7 horas de infierno después, llegué a Melbourne.

El aeropuerto
después de como una hora de cola en la aduana (por la que por cierto pasé sin pena ni gloria, que lo llego a saber y me meto un kg de jamón bien envasadito), por fin pude ir a coger el bus a la city. yo con mis 60 kg de equipaje. Imaginad como iba para que la mujer que vendía los tickets para el bus (que otra cosa no habrá visto en su vida, pero gente con equipaje, una poquita) me dijo con una sonrisa en la que se podía leer alto y claro "donde vas así, alma de cántaro?": uuuuh, so much luggage! (me lo dices o me lo cuentas?).

Llegada al centro
al llegar a la estación de buses, fui a coger un taxi, mi cuerpo ya no aguantaba más con tantos kg. pues va el taxista (que me había visto de sobras con todo mi equipaje) y me dice que eso está ahí al lado, que no me merece la pena coger un taxi. Malrayoleparta. en condiciones normales, seguramente haría ese camino en 10 minutos, pero en tales condiciones me costó al menos 40. 2400 segundos de suplicio. casi muero. en serio, quería llorar. no que no entiendo es cómo nadie intentó robarme. sería por compasión.



Ups. que tarde se me ha hecho. mñn sigo. para mañana me quedan los capítulos: cuando una es demasiado mayor para ir de hostel, aussieyoutoo, mi primera compra en un supermercado aussie y el precio del pollo, el extraño caso de los candados con autodestrucción, y mucho más! (sí, ahora viene lo de: lo verán, después de la publicidad!)

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