miércoles, 21 de mayo de 2014

Juuuntas, café para dos (ayudadme poniendo la melodía en vuestra cabeza).

(por algún motivo que desconozco, blogger me cambia el color de la foto. en realidad es mas bonita :( )



(Sí, otra vez aquí. a los que me seguís en ínstagram ya os advertí: i’m back. y esta vez para quedarme :)  )

Os quiero contar una bonita historia de amor que ha vencido todas la fronteras. Sí, la mia con mi cafeterita pequeña y semiquemada. No existe amor más verdadero, y por fin volvemos a estar juntas. no puedo estar más feliz!

Cuando estaba haciendo las maletas para venirme, me rompía el corazón dejarla allí, pero pensé que no era razonable traerme una cafetera al otro lado del planeta. total, allí también habrá, ya me compraré otra (piiiiiiiiiiiii ERROR!!). Mi compañera de piso (hola A!!) me dio toda la razón (ahora sospecho que lo que quería era poder seguir usándola en mi ausencia). 

Mi madre, conociendo mi adicción al café (y sabiéndose culpable de ésta) me consiguió una especie de colador para que pudiera hacerme café hasta que consiguiera una cafetera. sigue sin estrenar. 
Cuando llegué aquí lo primero que hice fue comparme café soluble para salir del paso, pero empecé a buscar una cafetera “italiana” (ahora sé que se llaman así, hasta entonces simplemente era una cafetera “de las de toda la vida”). Pregunté en el grupo de “Españoles en Melbourne” de Facebook si alguien sabía dónde conseguirlas. Me dieron un montón de datos, pero eran todas grandes y caras. yo solo quería mi pequeña cafeterita de una taza que hace más fácil empezar el día. Total, lo de Facebook me sirvió de más bien poco. Para más inri, en varias ocasiones, gente que se volvía para España, regalaba sus cosas mediante el grupo de fb, y entre ellas había una cafeterita. siempre llegué tarde. en ese grupo para conseguir algo, o vives en Facebook o te comes los mocos.

Así que empecé a pensar en otra solución. tintintintin (sonido de “Idea!”. que pasa? las ideas en mi cabeza suenan así). Encontré mi salvación el S., la hermana de mi amiga L. Venía a Australia de visita y tenía espacio en la maleta, así que mis padres le prepararon una bolsa (con más cosas de valiosísimo valor sentimental y práctico) y le pusieron rumbo a Australia. La cosa no fue fácil. La bolsa hizo varias escalas. 4, para ser exactos. de casa de mis padres a casa de mis tíos, de allí a casa de los padres de mi amiga A. Ellos se la pasaron a A. (y ahí es donde la cafetera se unió a la bolsa, a la fiesta y a esta historia). Y A se la pasó a S. S la metió en su equipaje y así mi cafetera sufrió con ella las 35h de retraso en Dubai y finalmente llegó a mis manos. Es una cafetera con Mundo J.

El reencuentro fue bonito. muy bonito. yo abrazando a mi cafetera y casi llorando de la emoción en el fast food mexicano donde íbamos a cenar… y mis amigos mirándome ojipláticos y considerando llamar a servicios psiquiátricos. por suerte L. es psiquiátrica y consideró que no no soy un caso de gravedad extrema. no hace falta colapsar las urgencias.

Desde ese día mi vida ha cambiado. y la de mis compañeras de piso. Están tan contentas con el nuevo aparatejo que hasta creo que le van a poner nombre. Aun tienen que acabar de pillarle la técnica pero ya casi no se les sale el café. Teníais que haber visto sus caras cuando les expliqué como funcionaba. como si hubieran visto el último invento de la NASA, lo mismito. (no, el Colombia y en Japón no hay “cafeteras detodalavida”).


En fin, feliz miércoles a todos, me voy a por mi segundo café :)

martes, 20 de mayo de 2014

Los días de 4 estaciones

Mira que me lo habían advertido: Melbourne es la ciudad de las 4 estaciones. sí sí, ya. el tiempo es muy cambiante, vale. Pero hasta que no lo vives, no entiendes el verdadero significado.

No es que el tiempo cambie mucho, es que es una locura.

Aquí no sólo se habla del tiempo cuando no se tiende de qué hablar.

Ahora se supone que es otoño, o eso nos dicen el calendario y los árboles que decoran cada calle de la ciudad (jamás había disfrutado tanto del otoño, me paso el día embobada mirando las calles mientras voy en tram). Pues bien, hoy ha sido otoño, con su ratito de lluvia y viento huracanado y su otro ratito de sol, pero mañana podría ser verano igual que la semana pasada fue invierno.  Y esto en el mejor de los casos. porque que una estación dure una semana no es lo más normal, lo normal es que dure un rato y en un solo día tengamos de todo.

Y así, como os podréis imaginar, no hay quien se vista. Y mira que vivo pegada a las aplicaciones de predicción del tiempo (a varias, por aquello de contrastar) pero ni con esas. Porque qué hacer si un día va a hacer 5 grados por la mañana pero al mediodía van a haber 25 y por la tarde va a llover y van a hacer 15 grados? Pues nada, te pones una camiseta de tirantes, 5 capas de ropa por encima, el gorro de lana, las botas de agua y una mochila enorme para ir guardando toda la ropa que tendrás que quitarte al mediodía. Sabéis eso tan típico del entretiempo? lo de ir “disfrazado” y que haya gente con gorro  de lana mientras el de al lado va en chanclas y shorts y otro vaya con tirantes y botas de pelo? pues aquí es así todo el año.  Eso sí, los únicos que vamos “disfrazados” somos los no-aussies. Ellos no se complican: que va a hacer calor al mediodía? pues ellos con sus chanclas y sus vestidos sin medias desde por la mañana, aunque caigan chuzos de punta.  A los europeítos es fácil reconocernos, somos los de las capas de ropa, los de la chaqueta en la mano. Y también a los Colombianos...mis queridos “niños del trópico”: si la temperatura baja por debajo de los 15 grados, se plantan el gorro de lana y el jersey gordo, y no se lo quitan así se cuezan (cosa que jamás reconocen, pero yo sé que tienen que estar cociéndose).

Chanclas Ugg, ideales para el clima en Melbourne.
 Para tener los pies fresquitos y abrigaditos a la vez!

Pero el tiempo no solo puede ser cambiante, también puede ser todo lo contrario. Así como en climas más “normales” por la mañana hace más fresco, sube la temperatura hacia el mediodía y baja por la noche, aquí hay días en que la temperatura se mantiene estable todo el día, o incluso puede subir por la noche. Es un poco al tuntún, uno puede esperarse cualquier cosa, por eso lo de mi adición a las apps de meteorología.


Después de este post creeréis que ya entendéis lo de las 4 estaciones en un día, pero que va…para entenderlo hay que sufrirlo! Aunque yo tampoco puedo decir que lo sufra, yo lo disfruto. Sí que es verdad que una se vuelve un poco loca, pero está genial que después de un día de invierno venga uno de verano, y cuando estás harta del calor viene uno de esos perfectos para pasárselo bajo una manta. Si es que ya lo dice todo el mundo aquí: “If you don’t like the weather in Melbourne, wait five minutes!”