En este momento de mi vida, estoy gestionando los papeles para irme un año (en principio) a estudiar a Australia. Así dicho parece simple, pero noooo, no te dejes engañar, está siendo la cosa más complicada del mundo, vivo con murphy pisándome los talones. Para los que no sabéis cómo he llegado a este punto, ahí va un resumen:
Nací un lunes 3 de ocutbre el 83...(tranquilos, voy a saltarme 30 años de un plumazo)...y por lo tanto, ahora tengo 30. Un número que asusta un poco, sobre todo cuando toda tu vida has querido hacer algo que aun no has hecho (TIC TAC, TIC TAC), porque la sociedad dictamina que a los 30 ya tienes que estar encaminadito, con un trabajo estable, pareja a ser posible y si tienes un niño en camino, ya eres la leche. Como os podéis imaginar, no cumplo ni uno de los requisitos (bueno, el primero lo cumplía pero no era el trabajo estable de mis sueños). Por suerte siempre he tendido a relacionarme con gente que tampoco los cumple todos, de forma que no me siento una inadaptada social, pero de todos modos sí que me encuentro en un punto de mi vida de AHORA O NUNCA, y eso que rodaba por mi cabeza desde hace mucho mucho muchísimo tiempo, tenía que tomar forma ya sí o sí.
Así que en verano empecé a hacer las gestiones para irme un año a Australia. Por qué Australia? (sigo alucinando de la de veces que me hacen esta pregunta). Pues porque sí. Tal cual. Un día (hace más de tres años ya) estaba yendo a clase y la palabra Autralia apareció en mi cabeza de golpe. Y ahí lo decidí. Sabía que faltaba mucho para eso, pero ya sabía dónde iba a ser. Y la pregunta me yo me hice fue: y por qué no? Buen clima (vamos, que no es Suecia, otro de los países que me rondaban por la cabeza), está lejos (ya que me voy, me voy lejos), un país fuera de la crisismierdosa europea, y hablan inglés. A mi con eso me sirve.
Y tras mucho pensar y pensar (yo no sé hacer nada sin haberlo diseccionado previamente en mi cabeza tropecientas veces) y planear y planear y buscar y buscar (vamos, marear la perdiz de todas las formas posibles), en noviembre les dije a mis jefas que me iba y me preparé para hacer las maletas. Y aquí empieza mi aventura.
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